miércoles, 22 de diciembre de 2010
Condicionamientos económicos
sábado, 18 de diciembre de 2010
Sexo en Nueva York 2


Carrie Bradshaw. Lleva dos años casada y está a punto de publicar otro libro. Su vida matrimonial va bien, pero Big y ella tienen muy claro que no tendrán niños porque no es lo suyo y surge el fantasma de la rutina: el miedo a convertirse en uno de esos matrimonios aburridos que se dedica a ver viejas películas y ya no sale por ahí a divertirse o a hacer nada. Creo que se le podría haber sacado mucho partido, y los guionistas no profundizan en absoluto en ello y lo tratan de manera muy superficial y previsible. Ella se encuentra con un antiguo novio y surge la ocasión-tentación. Esto la obliga a reflexionar sobre el presente y el futuro de su matrimonio. Qué hacer cuando surge la rutina en una relación es un tema interesante y totalmente real, pero desgraciadamente los guionistas están demasiado preocupados por mostrarnos los zapatos de Carrie como para centrarse en lo que de verdad hizo famosa a esta chica y su serie: la dificultad de las relaciones de pareja.



jueves, 16 de diciembre de 2010
¿Derechos de los trabajadores?
domingo, 12 de diciembre de 2010
Atados al pasado

domingo, 5 de diciembre de 2010
No dejes para mañana...

miércoles, 24 de noviembre de 2010
Noviembre
martes, 14 de septiembre de 2010
Mis tardes con Margueritte
Un hombretón que se dedica un poco a todo y es considerado por sus amigos un bruto y un inculto, hace amistad con una dulce ancianita en el parque. Ella es aficionada a la lectura y juntos inician una relación de amistad en la que compartirán confidencias y libros. Ambos encontrarán algo que les falta en sus vidas.
Gerard Depardieu es uno de mis actores favoritos. Siempre es una garantía verle en el reparto, pero es que además esta película es una pequeña joya y la prueba de que para hacer buen cine no hacen falta un presupuesto millonario y una historia complicada.
La sencillez con la que se presentan los personajes hace que se les tenga cariño desde el principio. Personalmente encontré el final un poco pastelón y absurdo, pero aún y todo la película merece la pena. Por lo que he leído está basada en la novela "Tardes con Margueritte" de Marie-Sabine Roger, y es casi seguro que la leeré. Sobre todo porque apostaría a que el final de la novela es diferente del de la película y la curiosidad me corroe.
El trailer:
http://www.youtube.com/watch?v=tupzxVT1ItQ
lunes, 13 de septiembre de 2010
Guía para el paciente con SFC
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Premio amigable

sábado, 4 de septiembre de 2010
"Los mercenarios" o cómo salir agotada del cine
Mi hermano y yo hemos sido fans de Rocky Balboa desde muy jovencitos, hemos visto las pelis montones de veces y nos las sabemos de memoria. Al final, aparte de Rocky, acabas viendo también Rambo, Cobra, Tango y Cash, Demolition man, Juez Dredd, Evasión o victoria, Acorralado, Oscar, Copland, El especialista... vamos, el lote completo.
Después de ver "Los mercenarios", dudo que vuelva a ver nada más de Stallone. He visto de todo y unas cosas me han gustado más que otras, pero he llegado al límite y mi hermano también.
La peli está llena de actores conocidos y quebrantahuesos habituales en este tipo de cine: Dolph Lundgren (el ruso de Rocky IV), Jason Statham (el chulazo favorito de algunas... no miro a nadie...), Jet Li, Eric Roberts, Randy Couture, Steve Austin... vamos, los de siempre. Y un irreconocible Mickey Rourke que no sabes si da pena, asco o las dos cosas juntas. Su personaje es impagable, hace de tatuador macarra. Bruce Willis hace un papelito gracioso. Creo que sólo faltan Van Damme y Vin Diesel. Hasta el mismísimo señor gobernador de California hace un cameo.
En principio, con semejante plantel de salvajitos, la diversión estaba garantizada para quienes lo pasamos bien con las peleas, los tiros y los diálogos de chicos duros haciéndose los graciosos. Ese humor tan "fino" que despiden todas estas pelis y que a mí me hace reír. Qué queréis. Soy así de bruta, en el fondo llevo una motorista macarra en mi interior.
Sin embargo la película es decepcionante. Las peleas están rodadas en primerísimos planos y a toda velocidad, así que no te da tiempo a ver nada y acabas mareado. Echo de menos las peleas de antes, rodadas de cerca pero a una distancia que te permitía ver la coreografía del asunto. Es que aquí sólo ves dedos, una oreja, de repente una bota... luego un puño, luego dos tíos tirados en el suelo, luego otra mano que no sabes de quién es... en fin. Mi hermano y yo salimos del cine con la sensación de que nos hemos hecho mayores y no nos va nada esta forma de rodar. Aparte de que se les ha ido la mano con la violencia y hay un par de escenas auténticamente gores.
El guión. ¿Hace falta que diga algo? Ya sabéis. Lo típico. Salvar a la chica, matar a los malos... nada del otro jueves. Eso ya me lo esperaba, pero yo creía (ingenua) que la película contaría un poco la planificación del rescate. Como en el cine de antes. Pensaba que Stallone recibiría el encargo de salvar a una pobre gente, se dedicaría a reclutar a antiguos colegas para que le ayudaran, y luego entre todos planificarían el asalto a la fortaleza y al final ganarían porque para eso son los buenos. No sé. Es un guión manido pero es lo que uno espera en estos casos. Encargo de la misión, reclutamiento de tíos cachas para llevarla a cabo, planificación y por fin desenlace. Y mientras tanto te empapuzas de palomitas y bebes coca cola en un recipiente con las barras y estrellas. Viva occidente.
Bueno, pues no. Stallone recibe el encargo, pero ni se dedica a reclutar a nadie ni planifica nada porque un antiguo colega (Dolph Lundgren) le ha dicho cómo puede entrar, así que un problema menos para el guionista. Se coge un avión con sus amigos Jet Li y Statham, y los tres solitos se pasan DOS HORAS pegando tiros. Encargo y desenlace, directamente y sin las fases intermedias, que el coeficiente intelectual del público de este tipo de cine no da para más. Además hace calor.
Nunca he considerado que el cine de Stallone requiriera una gran inteligencia, pero es que sus guiones son cada vez más simplones y me sentí insultada viendo esta película.
Lo dicho. Ni una más de este buen hombre.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
La enfermedad invisible
El síndrome de fatiga crónica no es una enfermedad fácilmente diagnosticable. El problema principal reside en que los resultados de las pruebas analíticas no aclaran el origen del cansancio. El hierro está bien, no hay falta de nutrientes, tampoco hay problemas con la glucosa ni con el número de hematíes. Las pruebas analíticas hormonales tampoco dicen nada. El sistema neuro-endocrino funciona correctamente. Todo va bien.
Sin embargo, el paciente se queja de cansancio. Un cansancio que no remite y que se prolonga en el tiempo. No hay ninguna prueba objetiva que pruebe que ese cansancio es algo real, así que tarde o temprano el médico decide enviarte al departamento de salud mental, pensando que quizá se trate de algún problema emocional. Sin embargo los psicólogos tampoco encuentran nada. El caso más dramático fue el de Sophia Mirza, una mujer de 32 años que padeció esta enfermedad y que fue tratada con psicotrópicos. Luchó para que el SFC fuera reconocido como una enfermedad real y no mental, fue ingresada en un psiquiátrico contra su voluntad y murió por un fallo renal y una deshidratación que demuestran que la enfermedad existe y que no es un problema psicosomático. Esto ocurría en 2006.
Creo, sinceramente, que nuestro mayor enemigo son las estadísticas. Según los números, la enfermedad la padecen principalmente mujeres con edades comprendidas entre los 30 y 50 años. A partir de ahí ya podemos imaginarnos el resto. En tiempos de Freud la histeria se consideró un problema mental típicamente femenino, y muchas mujeres fueron tratadas (maltratadas, más bien) en base a lo que se llamaban "problemas de nervios". Debido a la incidencia de la fatiga crónica en mujeres, esto nos convierte en blanco fácil para que una vez más se diga que somos nerviosas, hipocondríacas, tenemos problemas emocionales... y somos unas histéricas. Es una respuesta facilona y cómoda para los médicos, y lo comprendo. Sobre todo porque la tradición psicoanalítica todavía está muy presente a pesar de los avances de la psicología moderna en las últimas décadas.
Es un hecho que el síndrome de fatiga crónica afecta mayoritariamente a mujeres, eso no es algo que yo vaya a poner en duda. Estamos cansadas, irritables, nerviosas, a menudo tristes porque no estamos bien y hemos tenido que hacer una lista de prioridades en nuestra vida. Si encima eres soltera, apaga y vámonos. Les estás dando a los médicos un caramelito. "Tú lo que necesitas es un marido y unos hijos, y ya verás cómo se te pasan todos los males". Eso me dijo mi primera psicóloga. Una respuesta simplona y desde luego muy machista, increíble que viniera de una mujer. Cuando ya no saben qué hacer contigo se tiran a lo más fácil, y si eres soltera lo tienen facilísimo. Desde que inicié mi actual relación de pareja se les acabaron los argumentos de ese tipo. Je. Así que en las sesiones de terapia empezamos a hablar de mi familia, de mi infancia, de mi trabajo y mis relaciones con mis compañeros y mi jefa... hace unos meses me dieron el alta y ya no tengo que volver al psicólogo. Ya no sabían por dónde tirar. Después de rebuscar durante tres años en mi inquieta cabecita, no habían encontrado nada.
En fin. Por lo menos sé que no estoy pirada, pero sé que tengo una enfermedad invisible que además es una enfermedad femenina, y en una sociedad eminentemente masculina-machista, eso es un problema añadido a todos los que conlleva la propia enfermedad.