domingo, 5 de diciembre de 2010

No dejes para mañana...

Una de las primeras cosas importantes en quienes tienen síndrome de fatiga crónica es aprender a distribuir el tiempo y las tareas de una manera inteligente y coherente. En realidad esto sirve para cualquiera y el viejo refrán es aplicable a todos, pero en los pacientes de SFC es vital y una cuestión de supervivencia. Si te organizas mal y se te amontonan las tareas no podrás llevarlas a cabo porque tu resistencia no es como la del resto de la gente, y entonces llegan los agobios y como diría mi madre "el crujir de dientes".


Lo recomendable es hacer una lista y tener una agenda diaria. Esto puede parecer infantil o excesivamente meticuloso, pero es muy importante. Es fácil dejar para mañana tareas como hacer la plancha ("hoy no necesito esta ropa"), la compra ("con lo que tengo en la nevera puedo pasar hasta mañana..."), la limpieza de la casa ("estoy sola y no tiene que venir nadie, ya pasaré el aspirador mañana") y así un sinfín de cosas que no son urgentes pero sí necesarias. Al final se te acumulan y lo que está claro es que el mismo día no puedes planchar, hacer la compra, limpiar la casa... y además ir a trabajar o quedar con los amigos. Quizá otras personas sí puedan, incluso es posible que tú pudieras en otro tiempo, pero eso ha cambiado y no basta con asumirlo y resignarse. Hay que organizarse. No puedes decir "Tengo SFC y ya no puedo hacer todo lo que hacía antes". Sí puedes, pero de otra manera.

Lo primero es clasificar las tareas según el grado de esfuerzo que requieran. No es lo mismo planchar que ir a la compra o cocinar. Personalmente encuentro especialmente agotador limpiar la casa y hacer la compra, así que nunca hago las dos cosas el mismo día. Además, cuando toca limpieza suelo tener la comida hecha del día anterior, así garantizo que no haré ninguna otra tarea doméstica y podré ir a trabajar en condiciones. Lo mismo si toca ir al supermercado.

El resto de las tareas son más ligeras, así que puedo combinarlas entre sí.

Algo muy importante que muchas veces olvidamos es que hay otro tipo de tareas más agradables, como leer, ver una película o charlar con alguien que también cansan. Esto puede resultar raro o incluso absurdo porque son tareas que uno elige por gusto, pero eso no significa que no cansen y también hay que dosificarlas. Para mí es impensable salir a comer o cenar después del trabajo. Puedo hacerlo y de hecho lo hago y me gusta, pero sé que luego hay consecuencias y no puedo hacerlo siempre que quiera.

Ver una película o leer un libro son actividades relajantes que sin embargo requieren un cierto nivel de concentración, y aunque no cansen físicamente como lo pueda hacer pasar la aspiradora, también cansan. Cuidado con estas actividades que en principio nos permiten estar sentados cómodamente pero que también nos desgastan a otro nivel.

Resumiendo: nada de acumular tareas porque estamos demasiado cansados. Tarde o temprano tendremos que enfrentarnos al polvo, a la ropa sin planchar y a los exámenes sin corregir si somos profes. Mejor hacer un poquito cada día aunque dé pereza y pensemos que mañana podremos hacerlo. Mañana habrá otras tareas.
Por otra parte, es muy importante tomarse el tiempo necesario. Yo necesito tumbarme media hora después de limpiar la casa, así que procuro levantarme con tiempo suficiente para que al terminar las tareas pueda echarme en la cama un ratito. Esto hace que necesite mucho más tiempo que el resto de la gente para hacer cualquier cosa, pero el resultado merece la pena. Una tarea, un descansito, otra tarea, otro descansito.

Insisto. Agenda y orden. Y descansar un poco después de cada tarea, aunque nos parezca irrelevante o innecesario. Nuestro cuerpo lo agradecerá y nuestro humor también.

(Y ya puestos, a ver si me aplico el cuento, porque esta semana ha sido un horror y llegué al viernes con la casa hecha un nido de monas y la compra sin hacer...)

3 comentarios:

Cloti Montes dijo...

Como enferma crónica sé de lo que hablas. A mí no me queda más remedio que llevar agenda diaria y hay cosas que no puedo permitirme hacer, ni apuntándolas. Pero hay otras muchas que sí.
Esta entrada ha sido muy interesante, Shirat. Es una forma de ver en positivo que siempre ayuda a superar los baches.
Bsssss
Cloti

chema dijo...

shirat, seguiré tu consejo porque a mí también se me acumulan un montón de cosas por hacer...
en cuanto a lo que comentas de leer, claro que cansa. en los últimos viajes, en algún rato muerto he sacado un libro y no me concentraba. últimamente sólo leo en mi habitación, tumbado sobre la cama.

Shirat dijo...

Cloti, me consuela saber que no soy la única.

Chema, es verdad que todos podemos organizarnos mejor. En lo de la lectura estoy totalmente de acuerdo contigo. Yo suelo leer en el autobús, y no siempre lo consigo. Si hay mucho follón alrededor me resulta imposible.

 
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