miércoles, 23 de enero de 2013

Los niños de hoy...

Xabier. 7 años.
"Yo tenía una novia, pero la dejé porque decía que 1x1 son 11 y tuvimos una bronca".

Así están las cosas, señores. Si es que ya decía mi abuela que los jóvenes de ahora no aguantan nada y enseguida se separan por cualquier cosa...

martes, 1 de enero de 2013

El primero del año

Pues sí, así es. Este es el primer post del año, y espero que no sea el último. Por causas ajenas a la organización, estoy en la cama completamente sola, con el ordenador sobre las rodillas y un gin tonic en la mesilla de noche. Son las 2:41 y así es como empiezo el año. Escribiendo y bebiendo la única bebida alcohólica que me permito. Ginebra.

La descubrí cuando era una cría y mis menstruaciones me mataban. Tengo una tía enfermera que me recomendó un buen lingotazo para mitigar el dolor. Mano de santo, oiga. Mis menstruaciones son ahora completamente normales, no sé si gracias a la ginebra o no, pero la cuestión es que aunque ya no la necesito por cuestiones médicas, de vez en cuando me gusta echar un traguito.

Es un comienzo de año raro, y también un poco triste. Muchas parejas de mi alrededor están en crisis y alguna se separa, y no lo llevo demasiado bien. No lo llevo nada bien. He estado cenando en casa de mi madre, con ella y mi tía favorita. Nos hemos alargado, como siempre ocurre entre mujeres. Empiezas a hablar de una cosa y para cuando quieres darte cuenta es la una y media de la mañana. Ni siquiera hemos visto las campanadas. Para qué. Estábamos en la cocina con nuestras infusiones y los dulces, hablando de nuestras vidas y de nuestros hombres. Mucho más interesante que ver las campanadas. Dónde va a parar. 

La cuestión es que luego he llevado a mi tía a su casa y para cuando he llamado a mi novio para quedar con él, eran ya las dos de la mañana, él estaba a punto de acostarse y me ha parecido que no tenía ganas de verme. Quizá incluso esté enfadado, quién sabe. Lamento haberme enrollado tanto con mi familia, pero sólo ceno con mi madre cuatro veces al año, y no me parece de recibo llenar el buche y salir pitando por la puerta. Escucharla y prestarle un poco de atención me parece lo mínimo que puedo hacer. No nos llevamos bien, pero ella está muy sola y me da un poco de pena.

Total. Que he llegado a mi casa a eso de las dos y media y me he dicho: "Es el primer día del año. Estás sola, triste y cansada. Te mereces una ginebra, que además es muy digestiva y te vendrá bien después del atracón de estos días." Inmediatamente, me he acordado de mi padre. Era alcohólico. No es una buena idea beber sola en casa, no cuando mi estado de ánimo es el que es. Mal asunto. Podría ser el comienzo de algo que sé perfectamente a dónde me llevaría. Luego he pensado que es una tontería, que yo no soy como mi padre. Yo no bebo nunca, ni en las comidas ni en las fiestas familiares. Un par de veces al año me tomo un gin tonic, eso es todo. No pasa nada, no hay que ser alarmista.

Y aquí estoy, escribiendo y divagando. Intentar dormir es una estupidez, mi barrio está literalmente en llamas. La gente (gentuza) no para de tirar bengalas y petardos por las ventanas. Me parece lamentable, igual que las horrorosas decoraciones navideñas de la mayoría de mis vecinos. Esos papás Noel que cuelgan de los balcones, que no se sabe si están escalando la casa o más bien intentando no caerse de la fachada. Esas iluminaciones atroces: alces, trineos, estrellitas... y hasta un portal de Belén completito, con buey y asno y todo, aunque ahora parece que hay que ir quitándolos de en medio. Me estoy volviendo una vieja insoportable y renegona, ya lo sé. Hablando de ser vieja. En un mes cumpliré mis cuarenta. Todavía no he pensado qué voy a regalarme. La verdad es que tal y como están las cosas me conformo con poder pagar la hipoteca. En todo caso, llegar a los cuarenta se me antoja todo un logro, teniendo en cuenta mi salud física y mental. No sé cómo he aguantado tanto. Ni idea de cuánto más aguantaré.

¿He dicho ya lo rico que está este gin tonic? Temo que mi escritura se resienta con ello, no sé si esto me está sentando bien. Llevo más de media hora aquí, escribiendo sandeces sin sentido y tratando de anticipar cómo será mi 2.013. Del 2.012 paso de hacer balance, no me cuadrarían los números.

Dicen que hay que comenzar el año con algo rojo. Otra sandez más de las muchas que se dicen en estas fechas. Creo que lo escuché en la radio, o me lo dijo alguien. Ahora mismo llevo puesto un pijama de rayas azules y blancas. La niña del pijama a rayas. Esa soy yo. No vivo en una prisión. ¿O quizá sí? Todos vivimos en alguna. Tengo amigas que viven presas de matrimonios infelices y tristes, vacíos. Esa es una prisión muy triste. Los hijos hacen que las cadenas parezcan menos dolorosas, pero los grilletes van dejando su marca poco a poco. Yo no vivo en esa clase de prisión, pero eso no significa que sea una persona completamente libre. Nadie lo es. 

Creo que voy a acabarme el gin tonic y voy a intentar dormir un poco. Mañana voy a levantarme temprano y voy a invitar a mi novio a desayunar. Sí señor, eso es lo que voy a hacer. Bueno, si le apetece.


 
Como decía Scarlett:. Design by Exotic Mommie. Illustraion By DaPino