S.H. López-Pastor
Curioso título para un libro que aún no he comenzado a leer pero que ya he mirado por encima.
Ayer al mediodía sonó el timbre de la puerta, algo inusual en mi casa. Al abrir me encontré con un joven que vendía libros puerta a puerta. No era uno de esos vendedores de enciclopedias o de colecciones literarias, no. Era el propio autor del libro. Me explicó un poco su trayectoria, por qué había empezado a escribir, de qué trataba su libro. Y me pidió que lo comprara, obviamente.
Acepté porque me pareció simpático, honesto y porque ahora mismo nadie parece dispuesto a apoyar la cultura y la creación. Y también acepté porque su mirada, su forma de hablar y su entusiasmo transmitían un optimismo que ahora mismo no son fáciles de encontrar.
¡Mucha suerte, Sergio!