viernes, 3 de febrero de 2012

Pequeñas historias



Detrás de los titulares de los periódicos que nos anuncian las cifras de la crisis están todas las pequeñas historias de nuestros amigos, vecinos, compañeros de trabajo.





La historia de hoy es la de una mujer que quiere divorciarse y no puede. Pidió un abogado de oficio, pero le ha sido denegado y ella no puede permitirse pagar uno. Con lo que gana dando clases aquí y allá puede llegar a fin de mes y poco más, así que el divorcio tendrá que esperar a tiempos mejores.



La precariedad laboral ha hecho que su marido y ella discutan mucho más y que la convivencia (ya difícil) se haya convertido en un infierno. Cuando las cosas iban bien se soportaban y podían convivir bajo el mismo techo a pesar de que hacían vidas separadas desde hace muchos años, pero al llegar los problemas económicos esa convivencia se ha roto y ha acabado poniendo sobre el tapete toda la amargura que ambos guardaban dentro. Finalmente ella ha optado por divorciarse para comenzar una nueva etapa. Lamentablemente, ha elegido el peor momento. Con un trabajo a tiempo parcial y sin poder pagarse un abogado, su divorcio tendrá que esperar. Es curioso que sea la crisis lo que la ha decidido a divorciarse, y que sea precisamente la crisis lo que le impide conseguirlo.

6 comentarios:

Candela. dijo...

A mi no me costó nada divorciarme. Cierto que me redactó el papeleo una abogada amiga, pero es lo unico, al ser de acuerdo mutuo. Lo unico que me pedian era un procurador para recoger posteriormente la sentencia, al no residir yo mas allí, pero al final envie una carta al juzgado y me enviaron los papeles ellos mismos.
Yo creo que si es de mutuo acuerdo y no hay problemas mayores, se puede hacer por via particular en el juzgado con un abogado a pagar entre ambos. No sé.

Shirat dijo...

A mí también me parece que tiene que ser más sencillo de lo que parece, sobre todo ahora que existen los famosos divorcios exprés y todo el proceso se ha simplificado tanto. No conozco muy bien los detalles del asunto.

chema dijo...

es un caso muy delicado. tener una mala convivencia y verse obligados a vivir juntos por no poder divorciarse, es una situación muy inestable. son tiempos duros, y los hogares, las 'economías domésticas' que se llaman, se llevan siempre la peor parte.

Rossetti dijo...

Vaya situación más peliaguda... Es cierto que en muchas ocasiones la precariedad económica hace aflorar problemas de otra índole a su alrededor...

Geno dijo...

Pues menuda papeleta. Quizá un mutuo acuerdo les rebajara los gastos pero será muy dificil conseguirlo ¿no?

Shirat dijo...

Pues sí, es bastante delicado. Ojalá encuentren la manera de hacerlo.

 
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